miércoles, 27 de abril de 2011

Ejemplo de buen periodismo sobre crimen horrendo contra una lesbiana

Habiendo leído tantas basuras con trasfondo homo-lesbo-transfóbico debo resaltar que en este caso el tratamiento periodístico fue de igualdad y respeto. Las palabras utilizadas: pareja, concubina, etc, muestran una evolución importante a resaltar.

Horrendo crimen con bases que parecen de odio en Pampatar, Margarita, Estado Nueva Esparta, Venezuela.

http://www.elsoldemargarita.com.ve/Noticias.aspx?NoticiaId=78554&SeccionId=9



Noticia publicada: 27/04/2011
 
Muere dama en el HLO horas después de ser apuñalada
Yuli Betancourt denunció que cuando fue a pedir auxilio al punto de control ubicado en la plaza Bolívar de Porlamar, ningún uniformado se encontraba en el lugar. “¿Dónde estaban los policías?”, se preguntó.
ROSALYMIR GUERRA FERNÁNDEZ
Mientras caminaban de la mano por una calle, un hombre se les acercó para pedirles un cigarro. Yuli Betancourt, quien era pareja sentimental de la ahora fallecida Petra María Rojas, le dijo con voz fuerte al hombre que no tenía cigarrillo para regalarle.
El hombre, de nombre Pablo Montoya, al escuchar que no le darían lo que pedía, agredió verbalmente a las mujeres. Betancourt tomó entonces una botella de vidrio para defenderse, según relató la propia agraviada a las puertas del hospital
La mujer, al percatarse de que el supuesto delincuente se asustó y huyó del lugar, arrojó la botella a la carretera.
Pero cuando Yuli Betancourt le dio la espalda, Montoya corrió hacia un restaurante de la calle Miranda donde trabajaba, para robar de allí un cuchillo y atacar nuevamente a las ciudadanas.
Petra María Rojas se dio cuenta que el hombre venía tras ellas y le gritó que corriera, contó Betancourt.
El supuesto homicida las alcanzó y forcejeó con Yuli Betancourt. Al parecer la tiró al piso para apuñalarla, pero la mujer se le escapó y corrió hasta la carpa de seguridad en la plaza Bolívar para pedir auxilio.
Pérez Rojas trató de hacer lo mismo que su concubina, pero Montoya la alcanzó y la apuñaló en el costado  derecho hasta causarle un derrame interno.
Betancourt dijo que no encontró a ningún uniformado en la carpa y de inmediato regresó a buscar a su pareja para resguardarla, pero ésta ya estaba herida.
En un taxi trasladaron a Rojas hasta el hospital Luis Ortega (HLO) de Porlamar, para que le brindaran los primeros auxilios.
Los médicos de la sala de emergencia del HLO informaron que Petra María Rojas llegó agonizando y que la estabilizaron durante varias horas.
A las 4:30 de la madrugada de ayer, la mujer murió a causa de las heridas.

lunes, 25 de abril de 2011

Horrible paliza por dos chicas de 14 y 18 años a mujer transexual en McDonalds de Baltimore

El odio puede ser peor que cualquier otra cosa.

"Un nuevo caso de violencia indigna a los pobladores de la ciudad de Baltimore, en Estados Unidos. Un transexual de 22 años fue brutalmente golpeado el último lunes por dos mujeres en un local de Mc Donald’s sin que los trabajadores interfieran, salvo un hombre en una oportunidad.

Tal como se observa en un video captado por uno de los testigos, durante varios minutos la víctima recibió fuertes puñetes en el rostro y en la cabeza, así como patadas en la espalda y el pecho. Incluso, fue arrastrado del cabello por parte del local.

Las agresoras intentaron llevarse al joven al estacionamiento para continuar con la masacre, pero una anciana lo habría impedido. La golpiza fue tal que la joven llegó a convulsionar en el suelo, cerca a la entrada del restaurante.

Daily Mail, medio que indicó que la víctima era un transexual, precisó que la pelea se habría desatado tras una discusión por el uso del baño de damas.

LOS TRABAJADORES HASTA SE RIERON
Según informa el citado medio, el personal de Mc Donald’s no solo no ayudó a la joven que era golpeada, sino que algunos hasta se rieron a carcajadas al ver cómo la jalaban por todo el local.

Más indignante aún es el hecho que las agresoras fueron advertidas nada menos que por un empleado que la Policía se acercaba al restaurante, por lo que huyeron de inmediato.

Mientras el grupo LGTB (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) pidió a la Policía investigar el caso a fondo, autoridades de Baltimore dijeron que indagarán si hubo o no motivación discriminatoria en el asalto.

Por su parte, McDonald’s calificó el incidente de “inaceptable, inquietante y preocupante”."


Enfin el video me ha puesto de una mala leche increible. Que impotencia.
Si hubiese estado ahí les hubiera arrancado el pelo a esas tipejas.
Y de fondo los trabajadores riéndose, enfin.


Para que luego digan que los temas LGTB ya están superados.

Todavía no llego a comprender pk tanto odio...no hacen daño a nadie. Si no lo aceptas me parece perfecto, pero para que tocar la moral? Vive y deja vivir.

link al video:



http://www.youtube.com/watch?v=tS3rf_9tpDM

Soy. Excelente artículo de Mauro Cabral sobre negativa de un juez en argentina de reconocer identidad a mujer trans.

Por cierto: Pienso lo mismo del TSJ, aunque peor: porque su ignominioso silencio es aún más patético.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/soy/1-1942-2011-04-22.html


soy
Viernes, 22 de abril de 2011

En el Nombre del Padre

El fallo del juez Miguel Güiraldes –que no sólo desconoció la identidad de género de Maiamar Abrodós, sino que asegura haberlo hecho para protegerla de sí misma, de su “delirio autodestructivo”– es una pieza asentada en una larga y rancia tradición jurídica paternalista y autoritaria que pretende erigirse como policía del deseo y del orden moral. ¿Qué dicen esos textos? ¿Quiénes producen ese material? ¿Por qué siguen gozando de prestigio?
 Por Mauro Cabral
“El ‘transexualismo’ ofrece al psicoanalista una irrefutable prueba de su extravío en la psicopatología.”
Jean Allouch
Las buenas noticias son como todo lo bueno en esta vida: un* se acostumbra. Y en la Argentina ya nos estábamos acostumbrando a las buenas noticias sobre reconocimiento legal de la identidad de género. El 30 de marzo pasado, un fallo judicial golpeó las esperanzas de la actriz Maiamar Abrodos, negándole tanto aquel reconocimiento como la autorización judicial que precisa para operarse. Y sacudió la buena nueva de la costumbre.
No sólo nos habíamos habituado a la celebración de cada amparo exitoso. Los propios términos del debate se habían convertido en habituales: reconocimiento, despatologización, pleno acceso a tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas. Dignidad: desde el principio y hasta el final de todo el proceso judicial. El fallo firmado por el juez Miguel Güiraldes desmiente cada uno de esos términos, inscribiéndose explícitamente en una deleznable tradición jurídico-normativa argentina. Se trata de una tradición que combina un derecho natural que bien podría adjetivarse canónico, un psicoanálisis lacaniano devenido policía del deseo y una bioética humanista que combina por igual moralina y paternalismo, una tradición que ha degradado y degrada a las personas trans y sus demandas, como dice Geoffroy Haurd de la Marre, “en nombre del interés general, el orden simbólico de la sociedad y, sobre todo, de la sacrosanta diferencia de los sexos”.

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Durante los últimos años hemos aprendido a reconocer y combatir una manera particular de definir la transexualidad en términos patológicos, es decir, como trastorno de la identidad de género, tal y como la reglamenta la cuarta versión revisada del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales (conocido también como DSM-IVR). Y hemos emprendido la tarea de construir colectivamente los argumentos que hagan posible acceder a modificaciones hormonales y quirúrgicas del cuerpo sin el paso obligado por aquel diagnóstico.
Blas R. es el primer hombre trans en obtener el cambio de identidad. Fue el 29 de diciembre de 2010.
A diferencia de muchas otras sentencias contemporáneas, el fallo de Güiraldes se posiciona decididamente a favor de una definición de la transexualidad como patología (en su vocabulario, como transexualismo). Sin embargo, esa definición tiene un fundamento distinto, e incluso fuertemente crítico respecto del DSM-IVR y de la cosmovisión que lo produjo. Ese fundamento es el psicoanálisis lacaniano francés identificado por lo general con los nombres de Catherine Millot (autora de Exsexo), Patricia Mercader (autora de La ilusión transexual), Henry Frignet (autor de El transexualismo) y otr*s vari*s (como la tristemente célebre Colette Chiland, de cuya transfobia psicoanalítica parece habernos salvado, por ahora, de la falta de traducción de sus libros al castellano). La recepción vernácula de ese psicoanálisis ha estado a cargo de autor*s explícitamente convocad*s a sostener argumentativamente el fallo de Güiraldes (tales como Marina Camps Merlo, autora del libro Identidad sexual y Derecho. Estudio interdisciplinario del transexualismo, y Mauricio Mizrahi, autor del libro Homosexualismo y Transexualismo, entre otr*s genuinos exponentes del psico-jurismo de derecha en la Argentina).

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Jean-Pierre Lebrun, en sus “Palabras preliminares” al libro de Frignet, declara: “Desde la noche de los tiempos, el ser humano está obligado a aceptar su sexo y admitir que pertenece sea al bando femenino, sea al bando masculino. Aunque esta situación le disguste, no tiene otra elección: nace hombre o nace mujer y debe adaptarse a ello”. Esta es la posición de Güiraldes. Y es también la posición de Camps Merlo, Mizrahi y de tod*s los psicoanalistas a l*s que invocan. Desde esa posición, las personas trans no haríamos más que (intentar) rehuir esa obligación, negándonos a admitir la verdad sexual de nuestro ser y afirmando que, ante el disgusto, hay otras elecciones. Cambiar de sexo, por ejemplo. Esa vendría a ser, precisamente, la “ilusión” transexual que denuncian Millot & Cía. Nuestra imposibilidad, claramente patológica, de asumir la “diferenciación sexual”; nuestra urgencia por escapar de lo humano, escapando primero de la “bipartición sexual humana” (Mizrahi). Porque hay que decirlo: lo nuestro es la psicosis (más o menos compensada). La así llamada “Forclusión del Nombre del Padre”. Nuestra palabra con D no es “demanda”, ni tampoco “Derecho”: es “delirio”. Definido por Marina Camps Merlo, “el transexualismo es una alteración sociopsicológica del desarrollo de la identidad sexual”.
A pesar de su incongruencia manifiesta, nuestr*s juristas les dan espacio en sus textos a las versiones más disímiles del transexualismo psicoanalizado. Es posible entonces acusarnos, al mismo tiempo, de ignorar la naturaleza significante del sexo y de reducirlo a lo meramente anatómico. Y somos culpables tanto de pretender convertirnos en seres del sexo opuesto como en miembros de un tercer sexo y, en el fondo (cito a Mizrahi, quien cita a Millot), de encarnar el deseo de “pertenecer al sexo de los ángeles”. Para el juez Güiraldes, la demanda transexual por el reconocimiento de la identidad de género y el acceso a modificaciones corporales no es más que un intento condenable de “enajenación de sí mismo” y, por lo tanto, jurídicamente inviable.
(Si acabás de suspirar con alivio porque no sos transexual, la Dra. Camps Merlo te recuerda que el transexualismo “se asimila al exhibicionismo parafílico, ya que le interesa cómo es visto por los otros”. Ahora seguí leyendo.)

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La fobia psico-jurídica hacia el transexualismo como enajenación no se detiene en el sí-mismo individual, puesto que el cambio de sexo es uno de los tantos síntomas que pondrían en evidencia una profunda patología social occidental.
¿De qué está enfermo Occidente? Está enfermo de cientificismo (y, quién lo diría, la sumisión del inconsciente a una nomenclatura de diagnósticos psiquiátricos en el Manual vendría a ser otro de sus síntomas, fogoneado por la industria farmacéutica norteamericana). El fallo de Güiraldes lo dice claramente: “Tan acostumbrados estamos a que las cosas funcionen con sólo oprimir botones y mover palancas, que creemos que podemos descansar en el avance tecnológico para solucionar nuestros problemas existenciales”. Y desde el atavismo de esta posición, las intervenciones hormonales y quirúrgicas destinadas a encarnar la identidad de género se le aparecen como “arte de magia”.
Las objeciones psico-jurídicas a la “magia” biotecnológica son, otra vez, paradójicas. Una y otra vez se desmiente la capacidad de la tecnología para producir cambios de sexo exitosos, o bien porque los desarrollos de la técnica son insuficientes (para crear, por ejemplo, genitales masculinos), o bien porque hay rasgos esencialmente inmodificables (como los cromosomas). Y sin embargo, esa incapacidad parece necesitar del constante reaseguro de una advertencia tan antigua como la Divinidad y su Ley: “No crearás”. Citando una vez más la prosa inspirada de Güiraldes, “ese espíritu de autosuficiencia, que incluso se considera capaz de modificar lo inmodificable, se sustenta en un claro voluntarismo que prescinde de los datos que nos aporta la realidad dada, realidad que nosotros podemos percibir, pero no crear”. La paradoja empeora cuando se trata de la relación histórica –y actual– entre medicina y transexualismo.
El 14 de diciembre, Flor de la V consiguió que en su DNI figuren su nombre y apellido: Florencia Trinidad.
De acuerdo con el juez de la causa, a sus juristas y a l*s psicoanalistas que un* y otr*s leen, la “ilusión” transexual se ha configurado en una demanda cuya fuerza se sostiene no sólo en el “proselitismo” transexual sino, también, en la “fascinación” mediática por el cambio de sexo. Esta demanda ha terminado por reducir a la medicina a un estado de franca impotencia: l*s profesionales hacen lo que l*s transexuales piden. Ya lo dice Lebrun: debemos interrogarnos “sobre una práctica médica que para responder a la demanda acepta ni más ni menos que mutilar a hombres y mujeres de manera irreversible”. Esta lectura –coincidente, sin saberlo, con la que proponía Bernice Hausman en su Changing Sex– concuerda, no obstante, con otra bien diferente. L*s transexuales, a la sazón enferm*s mentales graves, están a merced de la omnipotencia médica y sus ansias irrefrenables de experimentación. Lo dice el propio Güiraldes: “Los médicos que realizan esas operaciones hacen una manipulación del organismo humano indigna de su profesión (...). Pareciera que quien propugna tales prácticas, se encuentra imbuido del espíritu cientificista de omnipotencia que considera que nada es imposible para el saber de la ciencia y que, en consecuencia, tales operaciones constituyen un desafío que los incita a seguir experimentando con seres humanos como si fueran animales carentes de dignidad”.
Por suerte los animales, dignos y sujetos del derecho a no ser sometidos a experimentación, se vengan poblando sus pesadillas. “La pregunta ineludible (dirá Mizrahi) es, entonces, si la ciencia no se ha convertido en una amenaza para el hombre, si no ha dado a luz una ‘serpiente’.” Y, hablando de serpientes, ya es hora de reconocer que la culpa de la ilusión transexual no sólo la tiene la ciencia sino también, por supuesto, el feminismo.
La semana pasada, el juez Miguel Güiraldes le negó a la actriz Maiamar Abrodos el cambio de sexo mediante intervención quirúrgica y la modificación de sus datos registrales.
Sí, el feminismo. L*s psico-juristas de derecha le tienen horror al feminismo en general y al género en particular. Un horror nada original, hay que reconocerlo, puesto que se parece, como dos gotas (o la misma gota) de agua al horror que le tiene el Vaticano. Para Frignet, por ejemplo, el transexualismo se produce en “la borradura de la noción de sexo, progresivamente reemplazada, bajo la influencia de teorías socioantropológicas recientes, por la noción de género” (la cual, como es sabido, es claramente sintomática del “rechazo social de la diferencia de los sexos”). La perspectiva de género, según Marina Camps Merlo, “es una visión meramente subjetivista e individualista de la propia sexualidad, así como de la persona humana”. La única capaz de sostener “una concepción de la libertad personal entendida como radical autonomía”. A lo que hemos llegado.
Con razón que al bueno de Güiraldes todo esto le da “escalofríos”.

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Dado que el transexualismo es una patología, se encuentra, como dice Mizrahi, “fuera de la órbita del libre accionar”, puesto que “el derecho fundamental que asiste a quien sufre una patología no es el ejercicio de una libertad, de una autonomía para dar rienda suelta a su enfermedad, sino básicamente un derecho a la salud”. (Otra vez la venganza animal. Esta vez, la del caballo desbocado.) A partir de esta caracterización es sencillo comprender por qué para este psico-derecho es fundamental tutelarnos: nuestro cuerpo es suyo.
Volvamos al principio, porque no todas son malas noticias. El transexualismo es ciertamente curable, y lo es a través de la Palabra (es decir, de la psicoterapia concebida como lugar de restitución de la Ley). Eso sí, en ningún caso, a través de cirugías y hormonas (ni siquiera en aquellos casos en los que la Palabra pudiera no obrar milagros). Dirá así Mauricio Mizrahi: “Las operaciones mutiladoras no deben permanecer como latentes, ni constituir una opción viable ante el eventual fracaso de los tratamientos psicoterapéuticos. Ello es así porque la posibilidad de ejecutar aquéllas pronostica el probable fracaso de éstos. El transexual debe saber que en ningún caso podrá acudir a las cirugías de transformación”. Cualquier parecido con argumentos anti-divorcio y anti–aborto es, por supuesto, intencional.
En este sentido, el fallo de Güiraldes es ejemplar. No se conforma solamente con proteger a la demandante contra los engaños de su propio deseo y contra el canto de sirenas de la profesión médica. Tampoco con proteger el bien común, amenazado por la puesta en circulación de quimeras sexuales legalmente reconocidas como mujeres u hombres. Tampoco con pronunciarse a favor de desandar el camino tortuoso y traumático que viven los transexuales, volviendo cuidadosamente sobre nuestros pasos, ya que pretender enderezar la dirección de la propia vida mediante un atajo puede conducir a un abismo sin retorno (sí, eso dice). Güiraldes se transforma de operador jurídico en operador ecológico, protegiendo el equilibrio de la naturaleza en “nuestro propio cuerpo y alma”, así como en el mundo. Coincide ahí mismo con Camps Merlo, para quien el transexualismo pone en jaque el propio ecosistema natural humano: “Conlleva una traición al ser más íntimo de la persona, su ser familiar”.

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Uno de los aspectos más llamativos de esta peculiar intersección nosológica y normativa entre psicoanálisis y Derecho es la preocupación (sí, la preocupación) del psicoanálisis por el Derecho. A Henry Frignet, por ejemplo, le preocupan “las sorprendentes contorsiones que el transexualismo impone al Derecho” (al obligarlo, por ejemplo, a reconocer que es posible una verdad distinta a la partida de nacimiento médicamente certificada). En este clima epocal de declive del Nombre del Padre, las leyes se constituyen en oportunidades abiertas para la puesta en crisis de la Ley. Y es allí donde este psicoanálisis revela su orientación policíaca, argumentando cada una y todas las veces a favor de la restitución de la diferencia sexual perdida entre tanta proliferación de sexos. La Ley y el Orden, París-Buenos Aires. Y es que, para Marina Camps Merlo, “la identidad sexual personal ha ido perdiendo la trascendencia jurídica que le es innata”. Y lo que es peor: “La orientación sexual ha ido ocupando progresivamente el lugar que poseía la identidad sexual”. Así no hay Derecho que aguante, ni derecha que resista.
Escribiendo acerca del psico-jurismo francés y su activismo público en contra de los derechos de las parejas del mismo sexo en Francia, Judith Butler señalaba, en su texto sobre el parentesco, la ironía cruel de esa posición: su despliegue habla de las fronteras existentes y de quienes están dispuest*s a todo por defenderlas. Y habla también, y sobre todo, de las mil y una maneras en las que esas fronteras están dejando de existir. El fallo de Güiraldes es una injusticia y una tristeza más en la vida de Maiamar, y en la de tod*s nosotr*s; y un día muy próximo será un documento de tiempos pasados en su vida y en la nuestra.

***

Todo esto me recuerda a una mala, malísima, película norteamericana, con perdón del Bafici. Se llama Constantine. Su protagonista, encarnado por Keanu Reeves, encara cotidianamente la difícil tarea de impedir que seres del Cielo y del Infierno entren a este, nuestro mundo. Es decir: la Tierra, su mundo. Y a pesar de que los límites existen, y están bien marcados, ángeles y demonios no cesan en su empeño. Peor aún: ángeles y demonios no cesan de bajar o subir al espacio terreno, de contaminar ese territorio tan bien custodiado con su ambigüedad insoportable (ambigüedad corporal, genérica, sexual). En suma, ambigüedad moral. Llegan, siguen llegando. Es precisamente por eso que Constantine y sus amigos tienen trabajo. Mucho trabajo. Un trabajo de esos que no se acaban nunca. Tal es así que hacia el final de la película –y de su vida–, el protagonista obtiene una prórroga. Ha muerto, pero puede seguir viviendo. Y trabajando. Trabajando en lo mismo, contra toda evidencia: el mundo ya no es el mismo y el tiempo de su Reino ha durado, francamente, demasiado.
maulesel@gmail.com

Una transexual recibe una brutal paliza en un McDonald's de Baltimore

Dos chicas de 14 y 18 años la emprenden a golpes contra la mujer, aparentemente, por su condición sexual

Sucesos | 25/04/2011 - 16:03h 
http://www.lavanguardia.es/sucesos/20110425/54145666770/una-transexual-recibe-una-brutal-paliza-en-un-mcdonald-s-de-baltimore.html
Barcelona. (Redacción).- Una mujer transexual recibió una brutal paliza en un restaurante de la cadena de comida rápida  McDonald's de la ciudad estadounidense de Baltimore por parte de dos jóvenes que la agredieron por su aspecto. La agresión quedó registrada en una grabación que más tarde se colgó en YouTube.
Se desconoce si hubo algún tipo de desencadenante por parte de la agredida para que la emprendieran a golpes contra ella pero, a juzgar por las imágenes, su indumentaria, su condición sexual y el hecho de que accediese al servicio femenino del local podrían haber sido las causas que motivaron la paliza.
McDonald's ha comunicado el despido del empleado que grabó las imágenes y las subió a internet, mientras que las agresoras, dos adolescentes de 14 y 18 años han sido arrestadas y están a la espera de que se presente cargos contra ellas.


Se inaugura centro de atención integral LGBT en México

Con el objetivo de reiterar el compromiso del Gobierno del Distrito Federal con la comunidad Lésbico-Gay, Bisexual, Travesti, Transgénero, Transexual e Intersexual de la Ciudad de México se inauguró el primer Centro Comunitario de Atención a la Diversidad Sexual para impulsar el respeto a los derechos humanos de esta comunidad.
El subsecretario de Gobierno del Distrito Federal, Juan José García Ochoa, calificó la creación de este centro como un paso necesario en los derechos de la diversidad sexual con la que se completa una política de equidad en la ciudad.
El centro, que estará ubicado en el número 30 de la calle de Génova, en la Zona Rosa de la delegación Cuauhtémoc, será un modelo a seguir porque dependerá de su éxito para que en cada una de las 16 delegaciones se instale uno de estos centros comunitarios, mencionó el funcionario.
Las personas que acudan a este recinto podrán denunciar si han sido víctimas de discriminación, pues también albergará una Unidad Especializada de Atención LGBTTTI de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Asimismo, el titular de la PGJDF, Miguel Ángel Mancera, calificó la inauguración como un paso más en el respeto a los derechos de los capitalinos, uno de los puntos que más trabaja la administración de Marcelo Ebrard Casaubon.
“Los derechos son inherentes a las personas, sólo que este gobierno se ha ocupado de hacer un reconocimiento de esos derechos. Se habla de la necesidad de que vayamos todos juntos”, comentó Mancera al tiempo que afirmó que “la idea del Gobierno, del Jefe de Gobierno, de la Secretaría de Gobierno, es que todas las organizaciones estén representadas dentro de un consejo”.
Destacó que la dependencia a su cargo tiene la obligación de cuidar los derechos en esta ciudad, por lo que el personal designado a esta agencia entenderá y atenderá con sensibilidad los problemas de la comunidad LGBTT.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Luis González Placencia, afirmó que este logro es una demostración más de que el programa de derechos humanos de la capital tiene efectos “no sólo en términos de cambios legislativos, sino también en políticas públicas”.
Reconoció la voluntad política del GDF por que ha tenido una actitud y activismo centrado en el reconocimiento de los derechos de los capitalinos.
Durante su participación, el ombudsman capitalino consideró que este centro “es un punto de llegada, pero también es un punto de partida, que debe reproducirse en otras instancias de la ciudad, “hasta el punto que centros como este, dejen de ser necesarios”.
En el evento estuvieron presentes el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa, el diputado David Razú Aznar; el jefe delegacional en Cuauhtémoc, Agustín Torres Pérez; en representación de la Secretaría de Salud, Andrea González y el subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas de la PGJDF, Luis Genaro Vázquez Rodríguez.
Fuente | Noticias de tu Ciudad

Fuente: http://www.enewspaper.mx/?p=30958


El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Placencia, felicitó a la Comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti e Intersex (LGBTTTI), por la apertura del primer Centro Comunitario de Atención a la Diversidad Sexual.
Dicho proyecto tiene la finalidad de brindar apoyo médico, psicológico y jurídico a personas homosexuales que sean víctimas de delitos.
Fue auspiciado por el Gobierno del Distrito Federal (GDF), respecto al cual señaló que apenas "es un punto de llegada, pero también debe verse como un punto de partida" hacia más programas de gobierno que velen por los derechos humanos.
Dicho centro es un proyecto del Gobierno del Distrito Federal, ubicado en Génova 30-H, colonia Juárez, pero que dependerá totalmente de la comunidad LGBTTTI.
La idea es promover un Centro Comunitario en cada una de las 16 demarcaciones políticas, porque la comunidad LGBTTTI se encuentra en toda la ciudad de México, no sólo en la Zona Rosa, dijo.

El ombudsman señaló que esto es una muestra del logro del Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal, "porque no sólo se ven los efectos en materia legislativa, sino también en las políticas públicas de la ciudad".

http://www.eluniversal.com.mx/notas/760821.html

miércoles, 20 de abril de 2011

Protesta pacífica de madres lesbianas y padres gays en Catedral Primada de Bogotá

El sonido de la entrevista RCN no tiene desperdicio. Felicitaciones por el respeto mostrado por estos periodistas.



La comunidad LGBT se unió en un acto de protesta pacífico en la Catedral Primada de Bogotá para mostrar su inconformismo por el rechazo de Iglesia Católica al derecho de adopción para parejas homosexuales.

Con camisetas blancas que decían "soy homosexual, tengo hijos, soy católico”, un grupo de parejas homosexuales asistió a la eucaristía del domingo para expresar ante los feligreses que aunque son de la comunidad homosexual, también son católicos, vivencian la fe cristiana y tienen el amor y valores suficientes para cuidar de un hijo.

Lo anterior, por el mensaje de la Conferencia Episcopal que debían leer todos los párrocos, en el preámbulo de la Semana Santa, en el cual se invitaba a los fieles a oponerse a la adopción infantil por parte de parejas del mismo sexo.

Elizabeth Castillo, vocera de la Mesa de trabajo de la comunidad LGBT de Bogotá, y que estuvo presente en la protesta dijo en RCN La Radio de la Mañana que “La idea surgió del comunicado que la Conferencia Episcopal envió para ser leído el domingo de ramos en todas las Iglesias y que se manifiesta en contra de la adopción porque los homosexuales no somos hábiles para criar y amar a nuestros hijos”.

Elizabeth también agregó : “Sentimos que nos estaban descalificando como padres y madres, y decidimos ir a misa, porque somos católicos, fue un ejercicio espiritual muy fuerte ya que no éramos bienvenidos pero era decir en público somos homosexuales, tenemos hijos, somos católicos”.

La protesta causó distintas reacciones en los feligreses que asistían a la misa el domingo en la Catedral.

jueves, 7 de abril de 2011

Llamado a firmar en apoyo a Convención Americana sobre Racismo y otras formas de Intolerancia actualmente paralizada por el tema de orientaición sexual e identidad de género

Queridos y Queridas Activistas:

Este es un llamado para solicitar las firmas de sus organizaciones al documento que se transcribe mas abajo.

Si desean apoyar este documento les rogamos que por favor envíen un correo electrónico solo con el nombre de sus organizaciones y su pais de procedencia a convencionracismo@ yahoo.com

Antecedentes:

Desde 2006, el proyecto de Convención contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación e Intolerancia incluye en el artículo 1, la prohibición de discriminació n por motivos de orientación sexual, identidad y/o expresión de género. Este sería el primer instrumento de derechos humanos a escala mundial para prohibir explícitamente la discriminació n por esos motivos.

A partir de 2010, el proceso de negociación ha llegado a un callejón sin salida, con dos bloques opuestos de países, unos en defensa de una convención contra el racismo (y, posiblemente, un protocolo que incluye otras formas de discriminació n e intolerancia) y el otro que sigue apoyando el texto original.

¿Por qué solicitamos tu firma en este documento?

Con estas recomendaciones queremos expresar al Grupo de Trabajo encargado de la negociación, la preocupación de la sociedad civil LGBT y sus aliados sobre el riesgo de posible fracaso del proceso, y queremos expresar con fuerza que la prohibición de discriminación por razones de orientación sexual, identidad y/o expresión de género se debe mantener.

viernes, 1 de abril de 2011

Juramentado en Brasil Comité Presidencial LGBT

Juramentado en Brasil Comité Presidencial LGBT